Tener o no tener
En mi casa hay muchas cosas que comparto con mis padres y mis hermanos. Yo tengo cosas que son exclusivamente mías (libros, fotografías, cómics antiguos de Mortadelo, CDs, cassettes,...). Son objetos personales muy valiosos para mí. Una parte de mis recuerdos son estas cosas; la otra, lo vivido. Una manera de plasmar nuestro pasado, para el interés de futuras generaciones, es mediante álbumes de fotos familiares. Pero también debemos conservar las antigüedades de bienes muebles e inmuebles. Es una pena que se destruyan edificios antiguos de tres plantas para construir unos nuevos de veinte. ¿Cómo explicaremos a nuestros hijos que donde había antes un bosque ahora sólo queda ceniza? Es verdad que el hombre puede cambiar un paisaje, pero no para empeorarlo.
Es por eso que yo no tiro nada. La ropa vieja la pueden aprovechar otras personas necesitadas. Tampoco hay que llegar al extremo de coleccionar bolsas llenas de basura dentro de casa y en el jardín (caso real). Hay gente que dispone de un trastero en el garaje porque en casa no les caben las cosas. Yo tengo la suerte de vivir en un piso bastante grande, con habitaciones sobradamente espaciosas, con armarios y estanterías por todas las paredes. O sea, que hay tantos trastos, que no sé ni lo que tengo. Y aunque todo está ordenado, cuando quiero buscar una cosa, me veo negro para encontrarla.
Tengo 2 ordenadores, 2 televisores, varios aparatos de radio,... Tener dos ordenadores -ambos comprados en 2003- sí es necesario (teniendo en cuenta que somos cuatro hermanos). Si tuvimos nuestro primer ordenador en 1997 y se escachurró a finales de 2002, eso quiere decir que nos duró 5 años. Espero que en el año 2008 no tengamos que comprar uno nuevo, aunque lo más futurista sea entonces un Pentium VIII, ¡me da igual!
Ya sabéis que soy coleccionista de cualquier cosa (aunque no suelo seguir las colecciones que hay en los kioskos). Sólo encuentro interesante alguna colección de libros de arte pictórico, de enciclopedias, de revistas de viajes,...
Pero lo más importante -y me preocupa- es que soy igual de feliz teniendo o no todas esas cosas. Según el filósofo griego Epicuro, es bueno tener algo para ser felices, aunque sin excesos. La pobreza absoluta realmente no da felicidad, hay que poseer algún bien material.
También conozco personas muy consumistas -van de compras cada dos por tres, aunque no les haga falta de nada- y muy materialistas -valoran mucho las cosas materiales-. No me gusta tener por tener. Yo sólo intento tener lo imprescincible (necesidades básicas: ropa, alimentos, higiene,...). De eso, no me falta de nada. A veces me doy algún que otro caprichito (bienes de lujo: ropa cara, hoteles de cinco estrellas, un ferrari,...). Aunque algunos deseos no se cumplen, no se materializan. Yo no pido que salga un genio de una lámpara maravillosa y me conceda tres deseos. No pido tanto, me conformo con lo que tengo, y, aun así, me sobran cosas. Es una sensación de riqueza material: tengo tantas cosas que parece como si me sobrase el dinero. Me dan ganas de regalar todas mis pertenencias (o al menos venderlas) -excepto mi música-, porque tengo muchísimas para conservarlas todas. Es como si yo lanzara billetes de 500 al aire, caídos del cielo, desde un helicóptero.
Me sorprendió una noticia en que una persona tenía 100 animales exóticos en casa y montó un zoológico. Parece ser que es ilegal tener demasiadas cosas, cuando se trata -sobre todo- de droga. Podéis tener cuatro macetas para plantar cannabis, pero no la casa llena para después traficar con esas "cositas".
Pero luego piensas: "Me falta eso. No lo tengo. Lo quiero conseguir. Y hasta que no lo consiga, no soy nadie". Es imposible tenerlo todo, todo, todo. Es de locos.
Tengo una amplísima colección de música latina y africana. Es tanta la producción existente de los últimos 100 años, (tantos cantantes, grupos, estilos de música,...) que es una locura hacerse con toda la colección. Es más, muchos pensaréis que la rumba africana de los años 60 (actualmente, soukouss) -derivada de la rumba cubana, del mambo y el chachachá de los 50- es lo más antiguo, ya que ¡bueno!... era en disco de vinilo. Pues no, yo tengo grabaciones de cantos de los años 30 (sólo son voces en el idioma lingala, y apenas hay percusiones). La música moderna africana es una delicia. Lástima que los europeos tengan una visión falsa de los africanos. Por empezar, dudo mucho que existan en la actualidad tribus antropófogas. No sólo son negros tocando tambores y otros instrumentos de percusión, cantando en coro y ejecutando danzas rituales. Son costumbres y tradiciones que continúan existiendo. Pero en el ritmo soukouss se introducen guitarras eléctricas muy afinadas, y producen ese sonido (punteado) tan sobrenatural, tan supremo, tan estimulante para los oídos.
Es verdad que tengo mucha música de África y del Caribe. Para mí tiene un valor incalculable. Por nada del mundo me desharía de ella. Me ha costado sudor y lágrimas tener la colección que tengo. Apenas voy a las tiendas de discos, porque tengo todo lo que hay y más. Aunque debo reconocer que es más fácil bajarse música de Internet (je, je). Jamás he comprado CDs piratas en un top manta.
En la fotografía, una doctora de Derecho sacándose un moco. Tiene demasiados y ,de vez en cuando, excava en las profundidades nasales.
(PD: alexqk, si crees conveniente que retire la foto y la cambie por otra, porque atenta contra el derecho al honor y a la intimidad, la cambio. Pero déjame reírme un poco de esta miserable fotografía de 12,0 KB).
¡Qué cierto es que "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde"!
7 comentarios
elMelómano -
elMelómano -
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almu -
elMelómano -
elMelómano -
elMelómano -
elMelómano -